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“Adivina quien viene esta noche” de Stanley Kramer (1967)

Adivina quién viene esta noche

Adivina quién viene esta noche

Comedia romántica sobre la intolerancia, la doble moral y el racismo. El film nos relata la historia de una pareja multirracial recién formada (él de color, un Sidney Poitier más que correcto), y que acude por primera vez a visitar a los padres de ella, en principio un matrimonio liberal y progresista (Katherine Herpburn y Spencer Tracy). A partir de aquí se encontrarán con la sorpresa y reacciones de diferentes personajes, no solo del mismo matrimonio, si no de la asistenta, el cura amigo de toda la vida e incluso de los mismos padres de él.

Cada vez que uno ve la película de Kramer, en un principio tiende a simplificar el entorno y pensar que en aquellos años, las cosas estaban muy mal en el país de la Coca-cola para un hombre de color, y que este film se encarga de reflejar esa realidad coyuntural. La verdad es que la cinta nos habla de un problema mucho más global y moral que el  mismo racismo (ya universal de por sí), en realidad, el objetivo de Kramer es el de reflejar la intolerancia, en cualquiera de sus acepciones, y el racismo es el que sirve de vehículo para la historia.

La intolerancia como tal se encuentra reflejada en el miedo al cambio (es impagable la secuencia de la heladería donde Spencer Tracy reclama porque nunca ha probado antes el helado que ha pedido, para continuar afirmando que estaba buenísimo), las diferencias generacionales (plasmada en la relación de Sidney Poitier con su padre, o de las dos asistentas). Pero Kramer no sólo refleja la intolerancia en el sentido negativo, también personifica el respeto y la comprensión a través de la actitud del cura católico, y su misma relación con el matrimonio TracyHerpburn, que como afirma la última: ”no creen en nada”.

Adivina quién viene esta noche

Va a ser un día complicado...

Otra de las actitudes que la cinta deja al descubierto es la doble moral, que el personaje de Spencer Tracy simboliza de forma clara durante gran parte de la película. También ciertas frases son lapidarias (“Una cosa son los derechos civiles, esto es algo más”).

Muchos son los puntos fuertes de esta película, pero el principal son sus interpretaciones, sobre todo las de Katherine Herpburn y Spencer Tracy, que como siempre, escenifican a la pareja perfecta, pura química, pero que además lo dicen todo con cada uno de sus gestos, cada una de sus miradas.

La realización es austera, teatral, pero es lo que realmente necesita una obra que discurre en un  noventa por ciento en un mismo espacio que ya llenan sus protagonistas . Lo mismo podemos decir de sus decorados, que aunque sencillos, son perfectos por suficientes.

El guión es un ejercicio redondo, aunque tal vez se podía haber buscado a un novio un poco menos perfecto (en la película es un doctor de éxito que trabaja para la ONU), para hacerla un poco más cercana.

Adivina quién viene esta noche

Una pareja perfecta.

En resumen, una obra humanista que funciona de forma casi impecable, y que consiguió dos Oscar: uno a la mejor actriz y otro al mejor guión original. Como dice Spencer Tracy en un momento de la película: «Los tiempos cambian, pero los recuerdos perduran», y una buena película, siempre permanece en nuestra memoria por mucho tiempo que pase, y más si ensalza valores como la tolerancia y el amor.

Nivel gallina de piel:  8,75

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Esta entrada fue publicada el febrero 22, 2012 por en A la carta, Gallina de piel.