Los Idus de Marzo: creando Maquiavelos.

Poster promocional americano de Los Idus de Marzo

Para mí siempre ha sido un reto enfrentarme a los thrillers políticos, se trata de un género ampliamente tratado, sobretodo por los americanos durante los 70, excelentes ejemplos son Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula) o El Candidato (Michael Ritchie). Aún siendo cintas con buen ritmo y estilo, me costaba seguirlas y digerirlas, por densas, por reflejar un sistema político y una forma de gobernar diferente a la nuestra, pero además, por su visión simplista, donde, o unos eran buenos, o por el contrario malísimos, no había punto medio.

De todas formas, la cinta de Clooney era de obligado visionado, no sólo por su presencia en las nominaciones a los Oscars como mejor guión adaptado (por el mismo Clooney, Grant Hesloy y Will Willimon) y sus excelentes críticas, también por tratar un tema actual como la corrupción en el mundo de la política.

Pero la primera sorpresa (grata) que uno se lleva cuando visualiza la cinta, es percibir que Clooney no tan sólo nos presenta una intriga sobre políticos, publicistas y periodistas durante las elecciones americanas, va mucho más allá y realiza una disección y dibujo del proceso de maquiavelización de su protagonista, Stephen Meyers (un Ryan Gosling estratosférico, por creíble y gestual), el joven responsable de comunicación del candidato a la presidencia del partido demócrata, el gobernador Mike Morris (George Clooney, enorme también).

Meyers es un auténtico idealista al inicio de la película: “para perseguir algo, tengo que creer en alguien” afirma, pero a lo largo de la campaña irá rebotando de personaje en personaje para darse cuenta de que en el entramado político todo vale. Cada uno de los personajes que rodean a Meyers convive y vive su deshonestidad de manera diferente, desde la misma vida profesional, hasta la personal, aunque todos los personajes la asumen como algo normal, pero como los idus de Marzo fueron terribles para Julio César, también lo serán para el principal mentor de Meyers, el jefe de campaña Paul Zara ( Phillip Seymour Hoffman, que no desentona lo más mínimo, como siempre), incluso el gobernador tendrá que pagar las consecuencias, las nuevas generaciones aprenden deprisa…

Todos tan amigos...

Para poder realizar una radiografía de personajes como esta, Clooney se ha rodeado de un gran plantel de intérpretes, no sólo de una estrella consolidada como él, y otra estrella emergente que es Gossling,sino que los papeles secundarios están interpretados por auténticos pesos pesados como Paul Giamatti, MarisaTomei y Phillip Seymour Hoffman, todos perfectos en sus papeles.

Está claro que ésta es una película de actores, Clooney les cede todo el protagonismo realizando con estilo sobrio y sencillo, aunque siempre efectivo. Remarcar dos escenas memorables: la primera, donde Zara y Meyers hablan de los entresijos oscuros de la campaña a la sombra de una gigantesca bandera americana entre bastidores, mientras el gobernador está realizando un meeting al otro lado de la misma; la segunda, la escena final [Spoiler] donde Meyers está a punto de ser entrevistado, y la cámara encuadra su rostro, un rostro absolutamente diferente al del inicio de la película, que refleja la mutación del protagonista [fin spoiler].

Ryan Gosling a la sombra de la política americana.

No hay duda que estamos ante uno de los mejores thrillers políticos de las últimas décadas, capaz de entretener, pero a la vez de transmitirnos un importante mensaje, para vivir entre políticos, hace falta jugar sucio, pero cuidado con lo que legamos a nuestros hijos, pueden ser nuestros Brutus particulares.

Nivel gallina de piel: 8