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Sitges 2018: Crónica de la Jornada Inaugural

Empezó el Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya con dos de las propuestas más polarizantes y sugerentes del programa. Los programadores del certamen han querido comenzar fuerte e ignorar la dificultad de iniciar la andadura en un jueves.

Suspiria y Climax son dos propuestas de autor que vienen precedidas de polémica por su carácter arriesgado, la primera por la responsabilidad de versionar a un clásico imperecedero, y la segunda por lo extremo de su planteamiento estilístico y argumental.

Pero aún más fuerte es el concepto argumental  que vincula estrechamente ambas obras, la presencia del baile como eje de la trama, ya sea en forma de danza clásica en la película de Guadagnino, como en las expresiones más urbanas y contemporáneas de Clímax.

No es de extrañar la presencia cada vez más contínua del baile en la cinematografía actual, bailar ha pasado de ser una distracción eventual a una filosofía de vida. La danza en su ámbito más amplio libera y crea comunidades y porque no, incluso sociedades. El cine como reflejo de la sociedad que es ya está interpretando esa realidad y en Sitges se ha plasmado en forma de dupla inagural.

Os dejo las críticas de las dos películas citadas.

 

Suspiria; Luca Guadagnino (2018)

Nivel Gallina de Piel: 8

suspiria baile

 

 

Desde su exhibición en el Festival de Venecia, existen dos tipos de personas: los que aman el remake de Guadagnino, o lo que la detestan por faltar el respeto al original y pretenciosidad.

Para ser honestos y posicionarnos en esta polémica, Suspiria 2018 no se puede considerar un remake,  pues argumento, estilo, ritmo e incluso enfoque difieren de la original. De hecho, la versión actual ni siquiera se puede considerar una película de terror al 100%.

El autor siciliano ha creado una obra con personalidad propia,  consolidando las principales virtudes que ya le han caracterizado hasta ahora, una sublime dirección artística, una sensibilidad extrema  y una tendencia clara a crear “obras de arte”.

A todas estas virtudes, al filme se le unen tres puntos fuertes más:

  • Conserva un cierto aire giallo, pero mucho más alineado a la corriente contemporánea de Peter Strickland; la trama y la creación del “clima” por encima de la estética.
  • La BSO de Thom Yorke es, sencillamente perfecta. Tanto desde el punto musical como su acople en cada momento necesario del filme, de diez.
  • Es mucho más compleja y pisa territorios como matriarcado, política (Guadagnino sitúa los hechos en el Berlín del conflicto Baader-Meinhoff ) e incluso da mayor peso al baile como filosofía de vida y eje liberalizador.

Pero esta última virtud se convierte en el principal lastre para que Suspiria 2018 no sea una obra excelente, hay tantas capas que necesitan de resolución (tanto de contenido como de forma) que el metraje se extiende hasta unos complejos 162 minutos, a mi entender innecesarios.

No os dejéis engañar por esta reseña ni por las muchas que vais a ir leyendo (como  mucho orientar), Suspiria ha sido y será una película polémica, pero para muchos podría ser una obra de arte imprescindible… y podrías ser tú.

 

Climax; Gaspar Noé (2018)

climax_nude

Salgo del Auditori del Hotel Meliá, convenido de que esta es una de las experiencias cinematográficas más agotadoras que he vivido en mi vida. La recreación en primera persona de un auténtico infierno lisérgico.

El argumento no puede ser más sencillo y prometedor a la vez: un grupo de 24 bailarines se reúnen para ensayar juntos una coreografía al son de la música pinchada por un DJ, y todo esto regado con litros de sangría, lo que no saben es que ese ponche viene secretamente aderezado con LSD.

Gaspar Noé ha realizado un filme dónde despliega y exalta cada uno de los rasgos que le ha  convertido en uno de los cineastas más transgresores del cine actual y eso precisamente convierte a Clímax en la que seguramente es su mejor película.

La película se divide claramente en dos partes, de hecho, el mismo director se encarga de dejarlo claro pues los títulos introductorios no aparecen hasta la mitad del metraje, y para acabar de demostrar su espíritu rebelde, inicia el film con los títulos de crédito.

Ayudado de un montaje  y una realización  tan soberbios como frenéticos, Noé mete al espectador de lleno al espectador en todas y cada una de las conversaciones/interrelaciones que se producen  durante la primera mitad de la obra (incluyendo una coreografía Urban Dance inicial que para el presente es una de las mejores que ha visionado en el cine).

En la segunda mitad del film el ritmo se va a ir precipitando hasta límites casi insoportables, tanto para los protagonistas como para el espectador. A pesar de tener que compartir unos planos secuencia interminables llenos de psicodelia, sexo y violencia con los personajes, su hipnotizante propuesta visual y su estructura osada te mantienen en el asiento hasta el final del viaje.

Destacar el sólido trabajo de la fascinante Sofía Butella, que destaca por encima del resto de sus compañeros, así como una banda sonora muy acertada.

Me gustaría que estuviera en la quiniela de los premios por audaz y transgresora…

Nivel Gallina de Piel: 8,5

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